Amenazas y extorsión: los imputados no podrán acercarse a la familia que chantajearon.

LOCALES

Los acusados por amenazas y extorsión a una familia de María Grande, no cumplirán prisión preventiva, solo deberán abstenerse de molestar a las víctimas y no acercarse a menos de 300 metros de su domicilio.

Los acusados por amenazas y extorsión a una familia de María Grande, no cumplirán prisión preventiva, solo deberán abstenerse de molestar a las víctimas y no acercarse a menos de 300 metros de su domicilio. Así lo resolvió la jueza Paola Firpo tras la audiencia de imputación que se desarrolló este domingo.

Se trata de Gabriel Omar Cardozo y Osvaldo Máximo Raúl Miraglio, ambos domiciliados en el barrio Castaldo de esa localidad del departamento Paraná; se los acusa de haber amenazado de muerte al hijo de un matrimonio de adultos mayores y la posterior extorsión a través de la exigencia de un determinado monto de dinero.

La pareja, gracias a la asistencia de su hijo, dio aviso a la Policía y acordó la supuesta entrega del dinero un determinado punto de la ruta 10. Ante la intervención policial, se montó un operativo tras el que se logró la detención de los sospechosos cuando pretendieron recoger el botín.

Amenazas y extorsión

“Miembros de una misma familia empezaron a recibir múltiples llamadas, con amenazas de muerte hacia un integrante del seno familiar. La misma está compuesta por un padre -de 78 años-, una madre -de 78 años- y un hermano de quien era apuntado como víctima -de 45 años-. Tras esta seguidilla de comunicaciones, también recibieron audios en sus teléfonos particulares, con el mensaje coincidente: una suma de dinero o la vida de uno de sus hijos -y hermano respectivamente-“, explicó a FM Estación Plus la subjefa de la comisaría de María Grande, Blanca Ramírez.

Y continuó: “Inicialmente, los agresores indicaron al entorno de la víctima que se dirigieran a un banco local, para retirar el dinero solicitado. Sin embargo, sobre la marcha cambiaron las instrucciones y solicitaron que el dinero fuera dejado en una bolsa, determinando como punto la Ruta 10, en el acceso a Aldea Santa María, frente a una imagen de la Virgen”.

La víctima objeto de las amenazas cumplió con las instrucciones, sobre lo cual Ramírez detalló: “Dejó solo una partecita del efectivo solicitado, aparentando la entrega pactada y se retiró del lugar. Minutos después, dos individuos en motocicleta, se presentaron para recoger el dinero. Uno de ellos se bajó para buscar la bolsa, mientras el otro esperaba sobre el motovehículo encendido y listo para huir. Se retiraron rápidamente, pero fueron aprehendidos a escasos metros por el personal de esta dependencia, que había montado un operativo previo, con vigilancia discreta”.

Además, se procedió al secuestro de una moto Suzuki AX 100 cc, sin dominio colocado -en la cual se movilizaban-; dos cascos; un teléfono celular Samsung, pasible de pericias por parte de la Dirección Inteligencia Criminal; una bolsa con varios documentos y $35.000 en efectivo”.

Una amenaza doblemente angustiante

El amedrentamiento fue clave para desatar la desesperación en la familia. Ese matrimonio, en febrero de 2002 había sufrido la trágica muerte de un hijo de 24 años de edad, durante una partida de caza en un campo de su propiedad. Atravesados por esa experiencia, conscientes del dolor que genera la pérdida de un hijo, estaban dispuestos a todo, pero fue clave la intervención del otro hijo de 45 años, que dio inmediata intervención a la Policía.